Este intentar amarrar el tiempo, buscar excusas para permanecer en un pasado que no volverá, duró hasta la aceptación. Sólo en ese momento conseguí integrarme en el exclusivo grupo de quienes comenzamos de verdad a disfrutar de la vida.
Un amigo (a quien agradezco enormemente su consejo), me dijo una vez: Para ser un buen escritor, sigue estas tres reglas: "Lee mucho, mira mucho, y no tengas prisa en contarlo". Hoy es el día de la juventud, y todo lo que leo y miro me da mucho que pensar... pero voy a seguir tu consejo, Arturo, y hoy no; no lo voy a escribir. Quizá eso sea un atributo no sólo de un aprendiz de escritor, sino también de un aprendiz de sensato
F. Medina
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