El pasado 2 de abril se celebró la conmemoración del
aniversario de la guerra de las Malvinas. El primer ministro británico, David
Cameron denunció "el acto de agresión cometido por Argentina hace 30 años,
destinado -según él- a "robar la libertad de los habitantes de las islas
Malvinas.”
No pasaron siquiera 2 semanas, y un nuevo supuesto acto de
reivindicación nacionalista por parte del país “hermano”, de nuevo contra los pretendidos
vestigios de la colonización, pero esta vez en el terreno económico, desencadena
una guerra de información / desinformación, de declaraciones altisonantes y de
silencios enervantes.
La peculiaridad y la mayor diferencia entre los sucesos de
hace 30 años y los de ahora, es que en 1982 por desgracia la guerra fue real y
el humo fue el efecto concomitante
a la desgracia, mientras que ahora la única guerra es de nervios, y el
humo no nos hace vislumbrar fuego alguno (todavía).
Ahora quedan preguntas sin contestar: ¿Por qué el presidente
de Repsol YPF, Antonio Brufau, dio credibilidad a documentos sin firma, no
precedidos de preceptivas o protocolarias comunicaciones oficiales? ¿Por qué la
Presidenta Argentina hace oídos sordos y no asume la maternidad de un
pretendido proyecto a gran escala que podría dar al traste con las relaciones
diplomáticas argentinas con la Unión Europea y especialmente con España?. ¿Por
qué diarios Argentinos, Españoles y Mundiales entran al trapo y unos exhiben
patriotismo y los otros tonalidad prebélica y catastrofista sin previa
verificación de fuentes?. ¿Y, por qué la diplomacia española realiza
declaraciones como las del Ministro de Asuntos Exteriores, «Cualquier agresión
a YPF se considerará una agresión al Gobierno» con las que nos desayunamos,
comimos y cenamos ayer? Nótese que el mismo término “agresión” fue utilizado
por D. Cameron hace menos de dos semanas durante la conmemoración de la guerra
de las Malvinas.
Sólo nos queda especular: La mano invisible y criminal de
“los mercados”, el pánico y la reactividad incontrolada de políticos, agentes
económicos y opinión pública, un “Cuarto Poder” transformado en “Primer
Apoderado” con la misión de desestabilizar o de llamar al patriotismo español
frente a una agresión externa… Incluso los chinos salen a escena como posibles
perros de presa acechando a un apetitoso corzo herido (en esta ocasión, el
ternero fruto de la unión entre un toro de lidia y una vaca pampera)
Damas y Caballeros, aumenten sus reservas de nitroglicerina
para contrarrestar múltiples amagos de infarto. Mientras la Prima de riesgo
siga vapuleando, el Vecino Francés apuñalando en campaña electoral, la Abuela
alemana robando cerebros y llamando al ahorro, Papá apretando el cinturón, y
los hermanos gamberros negándose a colaborar, siempre sobrarán razones para
apostar online sobre una intervención, recesión o quiebra directa de nuestro
amado país.
Y hace 5 años éramos un ejemplo para todos… Aventuras y
desventuras del liberalismo económico.
Fernando Medina
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