viernes, 19 de julio de 2013

Un brindis por Blanca y Montserrat






Irene Lozano dedica hoy su columna en "El Confidencial" a Blanca y Montserrat, las dos voluntarias de Medicos sin Fronteras cuya liberación, tras casi dos años de secuestro, ha sido felizmente confirmada ayer por la Organización. Destaca, y cito textualmente, que "MSF tiene el enorme mérito de no haber dejado de pensar en sus cooperantes ni un solo día, de haber trabajado tenazmente, en todos los detalles, hasta conseguir su liberación. Y de haberlo hecho en silencio".

He permanecido vinculado a esta organización humanitaria durante los dos últimos lustros; años de experiencias vitales indescriptibles, de trabajo duro, de ilusiones y cansancios, de frustraciones y alegrías... pero siempre de esperanza. He conocido voluntarios de todo el mundo. He tenido el honor de dirigir equipos de las más variadas procedencias, edades y condiciones, siempre unidos por un elemento común y universal. El compromiso humanitario. Y he convivido estos últimos 21 meses con la rabia propia y el pesar compartido. Estos interminables dos años han sido para el movimiento de una tensión interna difícil de explicar. Pero Medicos sin Fronteras ha apretado los dientes, y una vez más ha demostrado su fidelidad al compromiso humanitario y al respeto a los principios de independencia y neutralidad que la han hecho depositaria del reconocimiento y legitimidad de que goza en todo el mundo.

A muchos aprovechados que, como ya es tristemente usual, se vean en la tentación de volcar sus tinteros en críticas ilegítimas, les rogaría que lean la carta de principios de MSF, la que suscriben todos y cada uno de los voluntarios que deciden ir allá donde son más necesarios, y específicamente el punto número 4: "Los voluntarios miden los riesgos y peligros de las misiones que cumplen y no reclamarán para sí mismos ni para sus allegados compensación alguna, salvo la que la asociación sea capaz de proporcionarles". Quizá muchos no lo entiendan, pero como podrán comprobar, no se trata de una cláusula en letra pequeña de un contrato ni de un formalismo que no se respete.

La gestión de esta crisis por Médicos sin Fronteras es un ejemplo no solo para el mundo humanitario, sino para una sociedad tan entristecida como la española, que actualmente pasa por uno de sus momentos más inciertos. Un ejemplo de eficacia en la práctica de virtudes tan necesarias para superar los imposibles como la tenacidad, la esperanza, la solidaridad y la humildad. Un ejemplo de lo que deben ser el compromiso y el respeto a los honorables principios de la independencia y la neutralidad. Y todo en aras de garantizar el cumplimiento de una misión común: Seguir prestando asistencia médica humanitaria allí donde más se necesita. Todos hemos honrado a Blanca y Mone, con nuestro compromiso, con nuestra dedicación, con nuestra esperanza, con nuestra discreción. Todos pensaremos que aún podríamos haber hecho algo más, pero lo hemos dado todo. Me siento orgulloso de vosotros. Gracias a todos y enhorabuena.

Fernando Medina

No hay comentarios:

Publicar un comentario