viernes, 25 de noviembre de 2011

La hipocresía de España y la violencia de género



Hoy es el día Internacional contra la violencia de género. Multitud de actos, declaraciones públicas y mensajes de concienciación nos recuerdan que al menos el 75% de las mujeres del planeta sufren o han sufrido en algún momento este tipo de violencia. 54 mujeres ya han pagado con su vida esta lacra en España durante el transcurso del presente año.
La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer http://www.unhchr.ch/huridocda/huridoca.nsf/(symbol)/a.res.48.104.sp  aprobada por la Asamblea de Naciones Unidas el 20 de diciembre de 1993, establece como violencia contra la mujer "aquella que se ejerce de manera física, sexual y psicológica", sea en el ámbito familiar o en la comunidad, e incluso los actos de tolerancia por parte del Estado.
Continuamente ponemos el acento sobre la violencia doméstica o el acoso en el trabajo como formas en las que los particulares son protagonistas de estos actos. En lo que se refiere a la tolerancia de actos de violencia por parte de los Estados el testimonio y la denuncia se suelen reducir a los actos de explotación laboral o mutilación genital femenina que se producen en los países del mal llamado tercer mundo.
La migración por causas económicas coloca en muchas ocasiones a la mujer en una posición de inferioridad en la que se ve obligada a ejercer la prostitución, y mayoritariamente de manera forzada. Sin duda no escapa a nadie que nuestro país es receptor de esta modalidad migratoria. Tampoco creo que escape a nadie el hecho de la permisividad del Estado o al menos su inoperancia en la lucha contra estas prácticas. Pues bien, la trata de mujeres y la prostitución forzadas se incluyen expresamente en la Declaración de Naciones Unidas como actos de violencia sobre la mujer.
En este señalado día, en la versión digital de los diarios “El Mundo” y “El País”, he leído dos noticias que me han llamado tristemente la atención: “El ex alcalde de Valverde del Camino pagó 3.685 euros en un burdel con una Visa municipal” * , y “El ex gerente cargó a Emarsa (Valencia) 3.788 euros por ocho noches de hotel con cuatro mujeres rumanas” **.  Yo me hago inicialmente 2 preguntas:
Primero: ¿Continúa nuestro país siendo sospechoso de ser un paraíso donde las redes de trata de blancas actúan en completa impunidad?
Segundo: ¿Hasta qué punto nuestras instituciones públicas podrían no sólo mirar hacia otro lado sino fomentar este tipo de prácticas?
Desconozco si estos  fondos públicos presuntamente utilizados para el pago de servicios privados llegaron a manos de quien ejerce voluntariamente o de forma forzada la prostitución. No me atrevo igualmente a apuntar con dedo acusador a nadie que no ha sido declarado judicialmente culpable. Pero no puedo dejar de sentir un malestar ante el simple hecho de hacerme estas preguntas. Creo que es necesario que estos asuntos se esclarezcan con la máxima celeridad. No es de recibo que pueda  ser considerada de reconocida relevancia social la modificación de la normativa procedimental judicial para los desahucios o los divorcios llamados “exprés”, y por el contrario, en todo lo que atañe a “la cosa pública”, las dilaciones y los aforamientos continúen a  proporcionar la impunidad al  “presunto” y a causar la desazón en el día a día de la convivencia ciudadana.
Como ven, no sólo la violencia doméstica es nuestro problema. Desde mi rincón hago un llamamiento a nuestros dirigentes en favor del respeto de la dignidad de la mujer en todos los frentes. Y a todas nuestras dirigentes, para sumarse en esta tarea ahora que toman cada vez más peso en la vida pública. Dejemos de ser hipócritas.
Fernando Medina  


* http://www.elmundo.es/elmundo/2011/11/25/andalucia/1322208688.html?a=30d96cfccf2fbce5d0998709242ecae8&t=1322217678&numero=


** http://www.elpais.com/articulo/espana/exgerente/cargo/Emarsa/3788/euros/noches/hotel/mujeres/rumanas/elpepuesp/20111124elpepunac_23/Tes

No hay comentarios:

Publicar un comentario